Parto de la base de que la objetividad que nos enseñaron en la Facultad de Comunicación, fue la asignatura que más me costó aprender y cuando tengo debilidad por algo o por alguien, me cuesta mucho hacer uso de ella. Vamos, que tengo más papeletas para convertirme en santa beata que a que me premien por mi objetividad, así que hoy tampoco podré hacer gala de ella por que adoro, del verbo "adorar" a Sara J. Carrie Bradshaw Parker.
Cuando me despierto por las mañanas, antes de abrir el ojo izquierdo, reviso
Twitter. Si,
Twitter le ha ganado la batalla a
Facebook y a
Whatsapp en la lucha de convertirse en mi aplicación de móvil favorita. Simple y llanamente me parece maravilloso que puedas con un
click saber qué está pasando en el mundo, a pesar de que a veces el orden, y precisamente lo que es
TT, me ponga un poco de mala leche.
Pero ese no es el tema.
El caso es que esta mañana al despertarme, vi que uno de los ICONOS de moda con mayúsculas, la protagonista de la serie que hizo que nos despojásemos de los tabúes a la hora de hablar de sexo, que nos enamorásemos de Nueva York y que soñásemos con vivir una noche en "la ciudad que nunca duerme" a bordo de unos Manolo
Blahnik:
Sarah Jessica Parker, era
trending topic.
Estamos en la época del año de las
red carpets y ayer se celebró en Nueva York la Gala
Met 2016: evento anual que inaugura la exposición de moda del Instituto del Vestido del Museo Metropolitano de Arte de la ciudad y al que asisten los iconos mundiales del universo
fashionista, rompiendo con lo establecido y buscando focos y miradas por ser los más transgresores.
Sin duda, tenía todas mis esperanzas puestas en este evento, ya que a pesar de que estamos en un momento de la moda en el que "todo es válido" me da la sensación de que, precisamente, ya he visto de todo. Últimamente las alfombras rojas no me despertaban ni interés ni me provocaban sorpresa.
Pero hoy lo veo todo distinto y es que a pesar de que la mayoría de las revistas especializadas suspenden los
looks de la alfombra roja de los
Met 2016, a mi me encanta verlos una y otra vez por lo divertidos, transgresores, atrevidos e imposibles que han sido: ¿Qué es la moda sin nada de esto?.
Pero voy más allá y me pregunto: -y aquí es donde hago hincapié en mi "objetividad"-
¿Qué sería de la moda sin
Sarah Jessica Parker?
Como he puesto en mi cuenta de
instagram: "lo siento, pero la amo" y es que solo ella es capaz de acaparar todas las miradas en cada alfombra roja que pisa, provocando controversia para acabar asociando ciertas prendas a su persona: ahora me diréis que no pensáis en
Carrie Bradshaw cuando os imagináis en un evento con una falda de tul, os ponéis un dos piezas u os encorsetáis un top al puro estilo de los 90.
Bueno pues yo si.
Es maravilloso como SJP siendo una de las más esperadas, se permite romper no solo con el dress code, si no también con la temática del evento (la relación entre la moda y la tecnología) vistiéndose un Monse inspirado en los corsarios de siglos atrás. De todo, menos futurista.
Puede que no haya cumplido con las expectativas, pero ha provocado que volviese a abrir mi pequeño blog-bitácora. Esperando a que hubiese algo que me animase a hacerlo ha sido, de nuevo, la visión de la moda de Sarah Jessica Parker quien me ha empujado a volver a escribir.
Y me apuesto el cuello a que en unos años vuelven los piratas.
